jueves, 22 de noviembre de 2012

Crónicas zsurcultistas: La última batalla de Impro Sport 2012, por Andrés Cardiff


Banfield, 16 de Noviembre de 2012.

La última batalla de Impro Sport en 2012

El Viejo Variete fue la sede de la última contienda, evento que conduce Julian Riveros.

Por Andrés Cardiff

Existe la Impro en Banfield, además de Avellaneda y otros rincones del sur. A veces es en forma de exposición y otras en modo competencia. En este último formato se dieron una serie de enfrentamientos a lo largo del año. El último encuentro ocurrió a la medianoche de un viernes en Banfield que oportunamente dejó de ser un día caluroso para convertirse en una noche fresca que permitió disfrutarlo todo aún más.

Uno podía caminar por la calle Maipú viniendo desde la Av. Hirigoyen, acompañando el ascenso de la numeración y podía ver una muchedumbre al 540, en torno a la entrada de “El viejo varieté”. Empezaría en poco tiempo la última batalla de IMPRO SPORT entre dos muy buenos grupos: los improvisadores locales, CONURBANO MADITO, y los retadores foráneos (Capital), PROYECTO Impro.

Entrada a El Viejo Variete, el viernes a la noche.
Al pasar a la sala principal, cada uno fue ocupando su asiento y recibió un papel en el que había que poner un título y una fase; además de una especie de volante con un lado violeta y otro anaranjado que tendría su utilidad más adelante.

En escena, había una banda compuesta de cinco integrantes. Fernando Rojas en bajo, Mariano “Moreno” en batería, Nicolás Zeccini en teclado, Jorge Ramirez en primera guitarra y Miguel Ahumada en segunda guitarra. 

La banda en vivo.

Sonaba música variada hasta que una voz comenzó a escucharse. El humo empezó a surgir y desde la tramoya apareció el presentador, Julian Riveros, con su voz de locutor que le puso mucha energía a la noche. Todo un personaje, que no estuvo solo por cierto. Si bien es la gente que decide quién gana, existe un mediador mordaz que antes de cada votación le advierte al público sobre los puntos fuertes y débiles de cada improvisación vista: ELBO RONAL MAMMANI, personaje del señor Héctor Maestro. 

 De galera, Ronal Mammani se dirije a Julian Riveros, el presentador.

El resto del escenario, detrás, tenía preparado seis sillas: tres tenían detrás una tela naranja y tres tenían una violeta, para identificar a cada equipo.

Julián presentó a los grupos. Entró primero CONURBANO MALDITO con Pablo G. Vescio, Mariano Álvarez (que se lució) y Lucas Cabrera. Su uniforme al estilo mameluco azul pasó enérgicamente por el escenario. Hicieron una breve presentación y se sentaron en las sillas del grupo violeta.

Locos sueltos: la gente de Conurbano Maldito.

Luego, PROYECTO IMPRO apareció con su casaca negra de letras amarillas. Nunca sabremos por qué, pero este grupo apareció descalzo. Una particularidad que forma parte de la anécdota. Fueron a ocupar sus asientos en el lado naranja.

Proyecto Impro se presenta.
El presentador explicó que, según el juego, los grupos podían combinar sus integrantes en una misma improvisación o hacerlo por separado. Él haría sonar el cazú (una especie de corneta) para dar comienzo, efectuar cambios o dar la improvisacion por terminada.  El juez MAMMANI haría las indicaciones del caso y, con los volantes, el público alzaría el color del grupo que más le gustó mientras que dos chicas contarían los votos. 

El público alza el volante en la votación.

Los juegos fueron “1-2-3-4-5-6-5-4-3-2-1”[1], “OTRA COSA, MAS O MENOS”[2], “LIBRETO LOCO”[3], “LA TOSTADORA”[4], “PERSONAJES SECUNDARIOS”[5] (hasta aquí por puntos) e "IMPROLOQUITA" [6], como extra a pedido del público.

Se vieron las historias más desopilantes: con el título “una franela sobre el rosal”, un grupo de albañiles construían una pared, espiaban a una vecina en topless a través de una ventana para no perderse el “paisaje” y se resolvió tapando el ventanal con una “franela” para no perder el título de vista; con “fiesta extraterrestre”, se pudo apreciar a Mariano de Conurbano Maldito inventando hasta cuatro dialectos alienígenas de manera muy graciosa; luego, un astronauta, que tenía puesto siete cascos ayudaría a un niño que hablaba como anciana y se había olvidado de cómo hacer pis; en “vidas paralelas en el sur”, un hombre fue engañado por su mujer con otra (nótese que en el escenario eran todos hombres) con una serie de gags muy inteligentes y mucho más.

El público tuvo una velada satisfecha de risas gracias a las ocurrencias de los improvisadores que cerraron una gran noche en “EL Viejo Varieté”. La anécdota fue que ganó CONURBANO MALDITO y que la gente de PROYECTO IMPRO jugó más que bien. Hubo más joyitas pero no se la vamos a contar, querido lector. Queremos hacerle un favor a Ud. y dejarlo así para que la curiosidad lo invada y las ganas lo inunden, para que se quede con muchas ganas de ir a verlos y un día lo compruebe por Ud. mismo. Ver Impro en el sur es una gran salida. 

El presentador parace despedirse, pero es sólo un hasta pronto.


Próximas presentaciones de Impro:
Viernes 23/11 Conurbano Maldito en El viejo Variete, a beneficio por un nuevo espacio cultural para febrero o marzo de 2013. ver más

Sábado 24/11 en Patas Arriba, en Avellaneda. Es otra fecha del Encuentro de Teatristas de Zona Sur. ver más

Sábado 1/12 en El Gringo Viejo en Glew.

Viernes 7/12 en El viejo Varieté la despedida del año en Banfield.

Taller de impro con Lucas Cabrera, martes de 19 a 21 en Monociclo artes: ver.



[1] Bajo las condiciones de un título, un improvisador inició una situación, luego un segundo jugador ingresó cuando sonó el cazú congelando al primero y, a partir de la postura en la que el otro quedó paralizado, comenzó una segunda historia diferente y así hasta llegar al sexto. Desde allí, cada jugador que saliera implicaba hacer memoria para retomar las historias hasta su final.
[2] A partir de un título del público, se hizo una improvisación en la que cada vez que el animador dijo “otra” se cambió lo último que fue dicho. Cuando dijo “más” se lo agrandó y cuando dijo “menos” se lo minimizó.
[3] Se pidió por un voluntario para que elija entre tres libros sin dar a conocer el título pero sí los autores. Eran Shakespeare, Woody Allen o Pavlovsky. La regla del juego es uno de los jugadores tendrá en su poder el texto y solo podía responder lo que uno de los personajes de esa obra de teatro dice mientras que sus compañeros improvisarán ignorando sus parlamentos.
[4] Los jugadores de ambos equipos deben agacharse en fila, se paraba una cantidad al azar de jugadores para hacer una pequeña escena hasta que el presentador dé la señal. Se sentaron y otros con el llamado del cazú hicieron una distinta. Cada vez que coincidían las mismas personas, debían retomar la improvisación que dejaron en algún turno anterior con esos mismos compañeros.
[5] Un participante por grupo debía sostener una historia mientras que sus compañeros deben hacer la mayor cantidad de personajes secundarios posibles.
[6] Para este juego, el público propuso diversos géneros teatrales o cinematográficos y el título de la improvisación. Al ser interrumpida por el animador, los jueces van cambiando de género en el cual debieron “continuar” la historia. Este mecanismo fue repetido cada 60 segundos aprox.

Más información en este link.

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